El correcto mantenimiento de baterías es fundamental para advertir su agotamiento y saber cuándo hay que reemplazarla. Con un mantenimiento adecuado podemos evitar los fallos en las baterías. Cada tipo de batería tiene varios tipos de fallo, dependiendo del tipo de batería. Algunos fallos se manifiestan debido al uso y otros ocurren de manera natural, pero un mantenimiento adecuado puede disminuir los riesgos de fallo de baterías prematuros.
Ya bien sea una batería de plomo-ácido (inundada o VRLA) o una batería níquel-cadmio; se puede trabajar siguiendo varias filosofías de mantenimiento. Se pueden reemplazar las baterías cuando fallen o reemplazarlas después de cierto tiempo, siendo esta opción muy arriesgada ya que el mantenimiento es muy reducido o nulo y el riesgo de fallo antes de lo esperado es elevado.
Lo ideal es seguir un programa de mantenimiento y prueba serio para comprobar el estado de la batería mediante inspecciones y pruebas de capacidad. Aseguramos así que las baterías estén en buena condición de trabajo para prolongar su vida útil y encontrar el tiempo de reemplazo óptimo. Para realizar las prácticas recomendadas para mantenimiento, prueba y reemplazo de baterías que marca el estándar IEEE, es necesario disponer de equipos confiables y con garantías como son los equipos que Amperis ofrece. Puede ver una amplia gama de cargadores y descargadores de baterías en el siguiente enlace:
Realizando las inspecciones periódicas y pruebas de capacidad (prueba de descarga) que exige la norma, las baterías mejoran su rendimiento. Es importante seguir las especificaciones de la norma para cada tipo de batería: en el caso de las baterías de plomo-ácido inundado IEEE 450, para las baterías de plomo-ácido sellado IEEE 1188 y para las baterías de níquel-cadmio IEE 1106.